No se puede hablar de Bayahíbe sin rendir homenaje a sus joyas más cercanas y codiciadas: las islas Saona y Catalina. Estas dos maravillas naturales son mucho más que simples destinos de excursión; representan la esencia del Caribe dominicano en su forma más pura. Cada una ofrece una experiencia única que complementa perfectamente la estadía en Bayahíbe, convirtiéndose en paradas obligatorias para quienes buscan aventura, belleza natural y momentos inolvidables.
La Isla Saona, ubicada dentro del Parque Nacional Cotubanamá, es sin duda la más popular. Con sus extensas playas vírgenes de arena blanca, cocoteros que bordean la costa y aguas turquesas poco profundas, es el lugar ideal para desconectarse del mundo. Uno de los mayores atractivos de Saona son sus piscinas naturales, donde los visitantes pueden nadar entre estrellas de mar gigantes mientras disfrutan de bebidas tropicales servidas directamente en el mar. Además, los paseos en catamarán y lancha rápida para llegar a la isla son parte de la diversión, ofreciendo vistas impresionantes del litoral.
Por su parte, la Isla Catalina es el destino perfecto para los amantes del mundo submarino. Menos concurrida que Saona, esta isla ofrece una atmósfera más tranquila y es reconocida por sus impresionantes arrecifes de coral, ideales para bucear o hacer snorkel. Sitios como “La Pared” (The Wall) y “El Acuario” son famosos entre los buzos por su visibilidad cristalina y su abundante vida marina, que incluye peces tropicales, esponjas, rayas y ocasionalmente tortugas. Catalina no solo es un paraíso visual, sino también un excelente punto para aprender o perfeccionar técnicas de buceo con operadores certificados.
Ambas islas son de fácil acceso desde el puerto de Bayahíbe, donde cada día parten excursiones organizadas que incluyen transporte, comidas, guías turísticos y todo el equipamiento necesario para disfrutar al máximo. Ya sea que busques un día de relajación total bajo las palmeras o una jornada de exploración marina, Saona y Catalina ofrecen una experiencia inolvidable. Visitar Bayahíbe sin conocer estas islas sería como ver una película sin su escena más memorable; son el complemento perfecto para una escapada caribeña de ensueño.